El turismo sería clave para luchar contra el cambio climático

Este es uno de los mensajes principales de la 5ta. Conferencia Internacional de Turismo Sostenible “Planeta, Personas, Paz – P3” con sede en San José, Costa Rica.

Así como el cambio climático (con diferentes escenarios futuros de aumento de nivel de mar, olas de calor, sequías, inundaciones, lluvias y vientos intensos) puede modificar los destinos turísticos y todas las actividades asociadas, el creciente rubro económico – que genera el 9% del PIB mundial – puede transformarse en una estratégica fuerza para mitigar esa amenaza ambiental de escala global.

Este fue uno de los mensajes principales de la 5ta. Conferencia Internacional de Turismo Sostenible “Planeta, Personas, Paz – P3” con sede en San José, Costa Rica, y cuya realización (del 23 al 25 de septiembre) estuvo a cargo del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y de la Cámara Nacional de Ecoturismo y Turismo Sostenible (CANAECO).

“El turismo contribuye con el 5% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de origen antropogénico, pero si se incluye todos los gases de efecto invernadero está en el orden del 5,5% al 12,5%”, indicó Lenin Corrales, especialista en Biología de la Conservación y Cambio Climático egresado de la Universidad Nacional de Costa Rica e integrante de la Comisión Mundial de Gestión de Ecosistemas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Este tipo de gases provienen de la aviación, del transporte terrestre, de los cruceros, del alojamiento, de actividades individuales de los turistas y de otras fuentes.

“El cambio climático no es un evento del futuro remoto. Ya está impactando en la formulación de decisiones en el sector turístico”, indicó el arquitecto Gustavo Olveyra, representante del Ministerio de Turismo de Uruguay (MINTUR) en el Grupo de Coordinación del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático y la Variabilidad, quien mencionó un estudio de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República de ese país. Basados en modelos climáticos globales aprobados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, los científicos de esa casa de estudios estimaron que es probable que Uruguay tenga un incremento de temperatura de 0.3-0.5 ºC al 2020 y de 1.0 a 2.5 ºC al 2050.

“El nivel del mar (en costas uruguayas) aumentaría entre 5 y 10 cm para la década de 2020, y entre 12 y 20 cm para la década de 2050”, puntualizó Olveyra. “Las marejadas de tormenta se producirían sobre un nivel medio del mar más elevado, y los cambios de velocidad del viento influirían tierra adentro a mayor distancia. El resultado más directo de estos y otros fenómenos es el aumento de la erosión”, aseguró.

Un caso paradigmático es el de la República de Maldivas (en el Océano Índico) que en 2012 recibió cerca de un millón de turistas. Una fracción de los 1200 islotes que la conforman ya ha sido inundada y gran parte podría desaparecer en el futuro si no se toman medidas urgentes contra el aumento del nivel del mar.

Voluntad política y social

Desde el MINTUR, el arquitecto Olveyra promueve en Uruguay la respuesta al cambio climático en zonas costeras a partir de una participación coordinada entre actores del gobierno nacional, de gobiernos departamentales, de la academia, del mercado y de la sociedad civil.

 

En la actualidad están desarrollando una experiencia a nivel de cuatro gobiernos departamentales, incluyendo el de la capital, Montevideo. “El proyecto apunta a proteger la playa arenosa que cumple una función de defensa de las edificaciones e infraestructuras frente a las tormentas. La instalación de pasarelas para evitar que los peatones remuevan la arena y la vegetación que permite la formación de dunas es una de las múltiples ideas”, puntualizó.

Para la doctora Mónica Araya, fundadora y directora ejecutiva de Nivela, un centro de gestión en desarrollo y sostenibilidad sustentabilidad y de Costa Rica Limpia, el primer observatorio ciudadano de ese país centroamericano centrado en desarrollo limpio y calidad de vida, la disminución de emisiones de carbono (sobre todo por la quema de gasolina para transporte) es posible si se acelera el paso a las energías renovables.

La doctora Araya, quien también colabora con programas ambientales de las Naciones Unidas, reconoció que hay tres dinámicas “fascinantes y sin precedentes que marcan un nuevo ritmo político frente al desafío climático”. “La cooperación climática entre China y Estados Unidos era impensable hace cinco años. Hoy admiten que el cambio climático es real y enumeran las acciones que tomarán”, destacó.

Por otra parte, la fuerza devastadora de los eventos hidro-meteorológicos (por ejemplo la sequía de California y la de Sao Paulo) se ha hecho tan tangible para ciudadanos, empresas y políticos que crea espacio para asumir más responsabilidad ante la advertencia de impactos climáticos. “En tercer lugar, con el nuevo acuerdo climático que se firmará en la Cumbre del Clima en París a fin de año, además de los países industrializados, las naciones más pequeñas presentarán sus planes para reducir emisiones. ¿Se hace lo suficiente? No, pero cada vez se está haciendo más, no menos. Es importante capturar estas dinámicas en la prensa, superar el derrotismo”, enfatizó Araya.

El argentino Alejandro Varela, director general adjunto para las Américas de la Organización Mundial de Turismo, quien estuvo a cargo de la charla inaugural de la conferencia internacional de turismo sostenible P3 en Costa Rica, afirmó que por el lugar que ocupa en la economía mundial, el turismo ha sido identificado como uno de los 11 sectores clave que pueden promover la transición a una economía verde. “Las autoridades políticas, las empresas y los propios turistas comparten esta responsabilidad”, afirmó.

Asimismo Diego González, presidente de la junta directiva de CANAECO, señaló que con una gestión sustentable, el turismo se convierte “en un instrumento noble de distribución de riqueza, de protección de la biodiversidad y de fortalecimiento de las culturas.”

“La solución al cambio climático no puede recaer exclusivamente en el gobierno y congreso de turno porque sus ciclos son muy breves. Por eso es positivo ver nuevas alianzas, inversionistas en energía renovable, familias con techos solares, alcaldías activas, una nueva generación de expertos en agricultura más inteligente. Hasta el Papa ha entrado en el debate”, afirmó la doctora Araya.

Fuente: Pulso Turístico